LA ORACION CIENTIFICA:

¿Que es la oracion?

El Dr. Ernest Holmes en su libro de texto la Ciencia de la Mente nos dice: ” la oracion es el movimiento del pensamiento dentro del que esta orando a lo largo de una linea de meditacion con un proposito definido”.

En lo personal, te digo que si usas la oracion cientifica, no pienses que estas orando para que Dios te escuche o para hacerlo cambiar de opinion, ni lo vas a conmover con tus oraciones usando palabras bonitas y elocuentes. Nada de esto. Tú estas orando para cambiar tu actitud hacia una aceptacion y receptividad de que todo lo bueno que deseas ya te ha sido dado.

La forma correcta de usar la verdadera oracion de fe, es dar gracias anticipadas por algo que aun no vemos manifestado en nuestra vida. En el mundo espiritual ya existe todo lo necesario que podamos requerir para vivir una existencia a plenitud. Nuestra parte es orar para poder traer a manifestacion esas cosas que deseamos, y cuando lo hacemos correctamente, nada puede impedir que lo realicemos.

En este y otros articulos, te incluire oraciones que se han dado en llamar “Oraciones Cientificas”, porque ya estan probadas su eficacia y resultados por muchas personas. Lo que significa que si usas estas oraciones todos los dias, tu vida cambiara como ha cambiado la mia y de muchas personas que han puesto en practica esta oraciones cientificas.

La siguiente oracion cientifica tiene como finalidad abrir los canales y medios para que fluya hacia ti la abundancia que te corresponde tener, como un derecho divino. Para que esto ocurra, tienes que hacer tu reclamo, afirmando lo siguiente:

“HOY, YO (menciona tu nombre completo) ACEPTO TODA LA ABUNDANCIA QUE MI PADRE CELESTIAL TIENE PARA MI.


YO ABRO Y ENFOCO MI MENTE Y PENSAMIENTO HACIA MI NATURALEZA DIVINA.
TODOS MIS BLOQUEOS MENTALES SON AHORA TRANSMUTADOS PARA QUE FLUYA HACIA MI LA ABUNDANCIA, ABUNDANCIA Y MAS ABUNDANCIA

YO GUSTOSAMENTE Y CON GRATITUD ACEPTO TODO LO BUENO QUE EL UNIVERSO TIENE PARA MI AHORA.

MI PADRE-DIOS ES MI PROVEEDOR. ÉL ES TODO LO BUENO QUE HAY Y EXISTE. TODO PROVIENE DE LA FUENTE INAGOTABLE QUE ES ÉL.

GRACIAS PADRE, POR LA ABUNDANCIA QUE YA NOS HAS DADO PARA TODOS DISFRUTARLA Y VIVIR CON ALEGRIA COMO SON TUS DESEOS.

CONSCIENTEMENTE YO CREO Y ACEPTO TODO ESTO CON GRATITUD, SABIENDO QUE ASI ES”.

La milenaria ciencia de la oración:

El poder de la oración científica
¿Por qué nuestra oración es a veces eficaz y a veces no? Cuando elevamos nuestras plegarias al Ser Superior, ¿existe alguna manera idónea de hacerlo? O para decirlo con palabras modernas, ¿existe una tecnología o ciencia particular de la oración? La expresión oración científica parecerá a algunos un sin sentido. No obstante, ha sido utilizada por diversos autores en el curso de los últimos dos siglos.
Dice la Escritura: "Pedís y no recibís, porque pedís mal…". En otro célebre pasaje bíblico, Jesús el Nazareno declara de manera tajante: "Os digo que cualquiera que diga a este monte Quítate y échate en el mar, y no dude en su corazón, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá".

Estas lapidarias sentencias nos hacen preguntarnos: ¿por qué nuestra oración es a veces eficaz y a veces no? Cuando elevamos nuestras plegarias al Ser Superior, ¿existe alguna manera idónea de hacerlo? O para decirlo con palabras modernas, ¿existe una tecnología o ciencia particular de la oración?

La oración científica: una tecnología espiritual con milenios de antigüedad

La expresión oración científica parecerá a algunos un sin sentido. No obstante, ha sido utilizada por diversos autores en el curso de los últimos dos siglos.

A principios del siglo XX, el pensador norteamericano Emmett Fox afirmaba que "la oración científica te hará, tarde o temprano apto para salir tú mismo, o para sacar a otros, de cualquier dificultad existente sobre la faz de la tierra. Es la llave de oro de la armonía y de la felicidad. Todo lo que tienes que hacer es esto: dejar de pensar en la dificultad, y en su lugar pensar en Dios. No hay diferencia en la clase de dificultad que sea, puede ser grande o pequeña, pero sea lo que fuere, simplemente deja de pensar en ello y en su lugar piensa en Dios".

A mediados del siglo pasado, para la entrañable escritora venezolana Conny Méndez, la oración científica implicaba que "si tú logras elevar tu pensamiento suficientemente en altura, el problema se resolverá él mismo. En realidad ése es tu único problema: el de elevar tu pensamiento. Tanto más "difícil" sea el problema, lo cual significa que tanto más enterrado esté en tu subconsciente ese concepto, más elevada tendrás que llevar tu conciencia". Concuerda nuestra afable paisana con el legendario físico judeo-alemán Albert Einstein: "no podemos resolver un problema con el mismo nivel de pensamiento que lo creó".

En la novena década del siglo XX, el antropólogo estadounidense Greg Bradden, en su libro El Efecto Isaías, señalaba: "hay una poderosa relación entre lo que pasa en nuestro mundo interior de sentimientos y las condiciones del mundo que nos rodea. Experimentos recientes en la física cuántica lo demuestran. Nuestro mundo exterior de acción refleja nuestro mundo interior de sentimientos: esto se materializa sintiendo nuestras plegarias como si ya hubiesen sido respondidas. Cuando sentimos anticipada gratitud con respecto al cumplimiento de nuestras oraciones, atraemos nuevas posibilidades en nuestras vidas".

Prosigue Bradden: "los resultados de nuestra vida se engranan perfectamente con los sentimientos que experimentamos; sólo así entendemos lo que ocurre cuando nuestras oraciones no son respondidas. Cuando oramos para sanar nuestro cuerpo o nuestras relaciones, mientras experimentamos enojo, celos o furia, ¿nos sorprende ver que esas nocivas emociones se reflejen en enfermedades y perturbadas relaciones de familia, escuela y trabajo?".

Orar para desarrollar el libre albedrío y permanecer en el presente

Si nuestras circunstancias externas están determinadas por nuestro mundo interno, entonces la oración puede convertirse en una potente herramienta para desarrollar el libre albedrío. ¿Podemos afirmar que tenemos libre albedrío mientras estemos limitados por esos condicionamientos mentales adquiridos en el pasado, por esas emociones negativas que sabotean nuestras iniciativas y nos impiden desarrollar una intimidad cada vez más profunda con Dios?

Dios –vale decir, la realidad trascendente o Yo superior- es perfecto en el tiempo presente. Al respecto, dice la ya citada Conny Méndez: "No tiene defectos. No existe en Él la muerte, ni la enfermedad, ni la pobreza, ni la lucha, ni la guerra, ni lo feo, ni lo malo". Sólo orando con este potente sentimiento de certidumbre, podremos despertar a Su imagen y semejanza, y recibir los infinitos dones que nos depara Su realidad.

En la irrealidad del miedo –lejos, muy lejos de la confianza que nos confiere el libre albedrío- nuestras oraciones son petardos inútiles que estallan en la hueca estridencia de la pérdida y la derrota. En nuestro caso, se nos enseñó desde niños a dirigir nuestras plegarias a Dios; no obstante, con el tiempo, dejamos de sintonizarnos emocionalmente con esos inspiradores versos de infancia para entonarlos de manera mecánica y ritualista, o peor aún, olvidarlos. En ese momento, nuestras plegarias –si es que nos tomábamos la molestia de proferirlas- se tornaron absolutamente ineficaces.

La oración científica que nos armoniza con el Ser Supremo es de índole estrictamente personal. No importa si oramos en la soledad de una ermita o en la muchedumbre de una adoración colectiva: lo relevante es que, en nuestro fuero interno, elevemos nuestro nivel de pensamiento y conciencia para generar una oración que esté en armonía con esa realidad trascendente que sólo puede ser develada por el Poder Superior en el instante santo del tiempo presente.

Desarrollando nuestra particular manera de orar

Desarrollar nuestra manera particular de orar –única, inimitable e irrepetible- implicará una búsqueda que nos llevará por los más diversos caminos psicológicos. Abarca un abanico de posibilidades tales como la voraz lectura de libros, contemplar las maravillas de la naturaleza, encerrarse en la inefable quietud de nuestro cuarto o asistir a las más diversas iglesias o grupos de sanación. Se trata, en última instancia, de hallar las vías idóneas para experimentar una profunda sensación de intimidad con Dios, ya que en Su Divinidad radica la nuestra.

Orar nos libera de las culpas pasadas y de los miedos al porvenir, requerimiento indispensable para experimentar esa libertad financiera, laboral, emocional, material y espiritual que eleva exponencialmente nuestra calidad de vida. Nuestra voluntad como individuos o sociedades no es ser prisioneros del miedo. Liberados de los condicionamientos de la mente, nuestra voluntad –que se hace una con la del Ser Superior- no tiene límites.

Nuestro planeta, hermoso lucero que acuna el milagro de la existencia, aguarda con impaciencia la libertad y la paz que le otorgaremos cuando cada uno de nosotros reconozca que tiene el poder de transformarse a sí mismo y a su entorno a través de la ciencia sanadora de la oración.

LA GRATITUD:

La Gratitud.



Veo árboles verdes y rosas rojas;

Las veo florecer por ti y por mí,

Y pienso para mis adentros:

¡Qué mundo tan maravilloso!

Veo cielos azules y nubes blancas;

El día luminoso y bendito, la noche oscura y sagrada,

Y pienso para mis adentros:

¡Qué mundo tan maravilloso!

Los colores del arco iris, tan bonitos en el cielo,

También están en el rostro de la gente que pasa;

Veo a amigos que se dan la mano y se dicen: "¿Cómo estás?"

En realidad se dicen: "Te quiero."

Oigo llorar a los recién nacidos; los veo crecer.

Aprenderán mucho más de lo que yo llegaré a saber.

Y pienso para mis adentros:

¡Qué mundo tan maravilloso!

Bonita canción, ¿verdad? Parece que a muchos les gusta. Pero ¿es verdaderamente maravilloso el mundo? Al fin y al cabo, sería igualmente fácil cantar:



Veo niños hambrientos y hombres sin esperanza,

Y guerras sin sentido que nadie puede ganar,

Y pienso para mis adentros:

¡Qué mundo tan terrible!

¿Cuál de las canciones sería más correcta?

No podemos preguntar con justicia cómo es este mundo. Se podría discutir hasta el infinito. El mundo es una sucesión interminable de manchas de tinta (tarjetas de test de Rorschach) en tres dimensiones, con sonido, textura, olor y sabor. Algunas personas ven cosas hermosas; otras personas ven cosas feas y horribles. Lo más frecuente es que las personas vean cosas corrientes y rutinarias.

Todos comprendemos intuitivamente que tenemos derecho a nuestras propias percepciones, sentimientos, opiniones y recuerdos. Cuando alguien pone en tela de juicio ese derecho, nos sentimos ofendidos como una cosa natural. Si yo me doy un golpe en los dedos del pie, tan fuerte que se me saltan las lágrimas, y alguien me dice: "¡Vamos, no puede haberte dolido tanto! ¡Deja de dramatizar!", yo me sentiré ofendido. Si alguien me reprocha por reírme mucho y con fuerza, diciéndome que "la cosa no tiene tanta gracia", también me sentiré ofendido, por el mismo motivo. Si alguien dice: "Lo que has visto en la mancha de tinta no es lo correcto", también es ofensivo.

La práctica de la Gratitud no le exige que censure sus percepciones, sus opiniones, sus sentimientos ni sus recuerdos, ni que los edulcore. La práctica de la Gratitud no le exige que corte sus percepciones del mundo a la medida de las especificaciones que yo le propongo. La práctica de la Gratitud no le exige ver siempre jardines y no ver nunca cosas desagradables.

Cuando practicamos la Gratitud, recordamos con toda la frecuencia que nos sea posible que el mundo es una sucesión interminable de estímulos ambiguos, una sucesión interminable de manchas de tinta. Siempre tenemos la posibilidad de volver a mirar. A veces, cuando usted vuelva a mirar, encontrará algo de lo que estar agradecido, algo que podría habérsele pasado por alto de otra modo. Esto le sucederá con mayor frecuencia si hace sitio para la Gratitud en su corazón y le da la bienvenida.

La Gratitud siempre es un podría, nunca un debería. La diferencia entre "usted debería practicar la Gratitud" y "usted podría practicar la Gratitud" es semejante a la diferencia entre "debes comer helados" y "puedes comer helados". Si por algún motivo a usted lo obligaran a comerse todos los días grandes cantidades de helados de su sabor favorito, tardaría poco tiempo en aborrecerlo. La Gratitud libremente elegida es una vivencia fundamentalmente diferente de la Gratitud estimulada para satisfacer a otra persona o para acallar los sentimientos de culpabilidad.

El significado corriente de la palabra Gratitud es un sentimiento agradable, a la vez que tierno, de calor, de simpatía y de deuda hacia otra persona porque esa persona nos ha tratado con una amabilidad o con una generosidad inesperada. Algunas veces el sentimiento de Gratitud es más sutil. Puede ser un sentimiento delicado de agradecimiento hacia la naturaleza, el universo o un ser supremo, como reacción ante algún placer pequeño que otra persona podría no percibir siquiera. La Gratitud puede significar también la vivencia privada de placer (unas veces sutil, otras veces intenso) que se produce cuando hemos sido recompensados de algún modo, ya sea por las circunstancias o por otra persona.

Hasta aquí hemos hablado de la vivencia de la Gratitud. La práctica de la Gratitud es otra cuestión. La práctica de la Gratitud es la intención de pensar y de comportarse de un modo tal que acoja la vivencia de la Gratitud, sean cuales sean nuestras circunstancias o nuestras vivencias anteriores.

El sentimiento de Gratitud es un ave tímida. No sirve de nada perseguirla. La Gratitud verdadera no se puede forzar nunca. Intentar con todas nuestras fuerzas sentir Gratitud sería como intentar con todas nuestras fuerzas quedarnos dormidos o enamorados. Cuanto más ahínco ponemos por estar agradecidos, más evasiva se vuelve la vivencia. Debe venirnos con su propio calendario y con sus propias condiciones. Practicamos la Gratitud a base de prepararle en nuestro corazón un hogar donde pueda establecerse. El ave no siempre viene, pero, si le preparamos un hogar, suele venir con bastante frecuencia.

La Gratitud no sólo es un ave tímida, sino que también da casi siempre la impresión de ser un ave oscura y poco visible. Los momentos de Gratitud intensa y estimulante son bastante raros en las vidas de la mayoría de las personas. Pero cuando la Gratitud se instala en el hogar que le hemos preparado, advertimos su canto callado y encantador. Advertimos su colorido sutil pero afable, el modo fascinante en que se mueve y vuela. El esfuerzo por saborear, por apreciar y por agradecer las vivencias pequeñas y agradables con que nos encontramos nos sintoniza con las resonancias internas de placer que producen.

Cuando usted haya comprendido la Gratitud y su relación con los instintos, las posibilidades para la práctica de la gratitud pueden parecerle abrumadoramente densas y numerosas. Para evitar sentirse abrumado, puede probar a seguir un calendario como el siguiente:

Día 1º: Practique la Gratitud por la comida que come, ya sea especial o rutinaria. No cambie su alimentación habitual.

Día 2º: Practique la Gratitud por el hecho de tener una casa, un apartamento o una tienda que lo abriga de los elementos. Practique la Gratitud por la comodidad que le ofrece.

Día 3º: Practique la Gratitud por las personas que lo aman o que lo aprecian. No se preocupe de cuántas sean ni de lo agradables o atractivas o serviciales que sean. Limítese a centrarse en el hecho sencillo de que existen al menos algunas personas en el mundo que lo aman o lo aprecian, y esté abierto a la Gratitud por ello.

Día 4º: Si tiene un compañero o compañera o un amigo especial, pase el día lleno de agradecimiento por las cosas que ese compañero o compañera aporta a su vida (sin tener en cuenta las cosas que usted desea y que él o ella le han aportado).

Día 5º: Practique la Gratitud por los buenos recuerdos que usted pueda tener. NO intente apartar a la fuerza de su conciencia los recuerdos malos, pero sea consciente de los buenos.

Día 6º: Practique la Gratitud por los placeres pequeños y momentáneos de la vista, el olfato, el sonido y el tacto, entre los cuales se cuentan el cielo, las nubes, la luz del sol y las flores.

Día 7ª: Practique la Gratitud por la música que usted puede oír normalmente.

Día 8º: Practique la Gratitud por cualquier oportunidad que pueda tener para reírse en el transcurso de su jornada normal. Cuando se ría, practique la Gratitud por la sensación agradable que le produce.

Día 9º: Practique la Gratitud por todas las personas honradas, inteligentes y bienintencionadas que hay en el mundo. No se dedique a buscarlas. Limítese a advertirlas cuando sea conciente de ellas.

Día 10º: Practique la Gratitud por la vida vegetal que vea, que toque o que huela en su jornada normal.

Día 11º: Practique la Gratitud por las aves que oiga cantar o que vea volar en el transcurso de su jornada normal.

La lista anterior no tiene nada de especial. Sus componentes han sido elegidos arbitrariamente, aunque son ejemplos deliberados de los placeres corrientes que podrían evocar la vivencia de la Gratitud cuando se practica con diligencia la Gratitud. Añada con libertad elementos a esta lista, o utilice ésta como modelo para componer una lista propia.
Gracias atodos!!!!

ORACION AFIRMATIVA:

Jesús, nuestro Maestro supremo, nos guió en el uso de la oración afirmativa cuando dijo: “Por tanto, os digo que todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá” (Mc. 11:24). Aunque las situaciones quizás no siempre resulten de la manera como nos gustaría, podemos saber con certeza que la voluntad de Dios está activa en nuestras vidas.

Afirmar es declarar positivamente, orar es hablar a Dios. Cuando utilizamos la oración afirmativa, utilizamos declaraciones positivas de Verdad y agradecimiento para hablar a Dios.

La Palabra Diaria, comienza el mensaje de cada día con una frase positiva. Estas afirmaciones pueden ser utilizadas fácilmente como oraciones que establecen una actitud mental positiva. Por ejemplo, una afirmación de La Palabra Diaria dice: La vida de Dios siempre presente sana mi cuerpo y renueva mi alma. Para personalizarla, puedes decir: “Querido Dios, gracias por sanar mi cuerpo y renovar mi alma”.

Para ayudar a que tus pensamientos creen tu conciencia positiva, trata de utilizar algunas de estas afirmaciones:
Gracias, Dios, porque Tu obra se lleva a cabo.


Tengo la sabiduría de Tu Espíritu, Dios. Disfruto de gozo, amor y cuidado —según Tu voluntad.
Pongo mis inquietudes a Tu cuidado, querido Dios, sabiendo que tienes en mente mi mayor bien.
Mi vida está llena de gozo y felicidad.
Al utilizar un enfoque positivo en nuestras oraciones, visualizamos y planificamos para el futuro con fe en que el poder de Dios bendice continuamente nuestras vidas con posibilidades ilimitadas. La oración afirmativa nos guía al despertar de nuestro ser espiritual. Con fe, oramos dando gracias anticipadas porque Dios satisface nuestras necesidades de la mejor manera para nosotros. Con amor, Dios responde a esas oraciones, aún antes de que las digamos, al proveernos con las ideas divinas necesarias para guiarnos en todo lo que necesitamos para vivir plenamente… gozosamente… pacíficamente.