"La mayoría de la gente no es mala ni mal intencionada, muchos
incluso desean sinceramente ser útiles a los demás. Pero los
buenos sentimientos y las buenas intenciones no bastan para hacer
realmente el bien. Aquél que quiere ayudar a los demás, debe
comenzar liberándose de todos los elementos que, en él, se oponen
a este bien que quiere realizar.
El bien y el mal están, en efecto, tan íntimamente entrelazados
en cada ser que a menudo fuerzas oscuras logran aprovecharse de
su buena voluntad. Y entonces, cuando está convencido de ser útil
a los demás, toda clase de elementos contrarios al bien se
mezclan con sus acciones, y las personas que deberían
beneficiarse sólo son, finalmente, unas víctimas. Por esto,
mediante un trabajo paciente llevado a cabo cada día, cada hora,
debéis intentar reducir los estados interiores que puedan servir
de imanes a las fuerzas negativas, y por el contrario
intensificar los estados que atraen hacia vosotros las corrientes
celestiales. Cuando logréis cerrar la puerta a las fuerzas
oscuras, seréis realmente capaces de ayudar a los demás."