Sembrar en el corazón de las personas la duda filosófica de todas las materias que no ha estudiado por si mismo, habrá que explicarle la diferencia entre el bien y el mal.
Es importante mostrar a los seres humanos la esclavitud en que vive, despertando en su corazón el sentimiento de su propia dignidad para alcanzar la virtud y vencer al vicio.
Parece que tenemos que regresar al primer objetivo de la masonería, estudiar de manera intensa lo que el ser humano debe a Dios, a sí mismo y a sus semejantes.
Una vez que se entiende el concepto anterior, el ser humano comprenderá que ha sido dotado de una serie de facultades y que ahora debe aprender el modo de utilizarlas y perfeccionarlas física e intelectualmente.
Posteriormente ha de probar que con el estudio de los fenómenos de la creación, de la vida y de la muerte, lo que caracteriza al hombre es la inteligencia.
Es posible que esa inteligencia que caracteriza al hombre sea la herramienta para alcanzar la inmortalidad, es decir, que el masón debe morir antes que ceder a la ambición, a la ignorancia y a la hipocresía.
En este momento se entiende la necesidad de demostrar que tenemos una conciencia que no es otra cosa que nuestro propio juez.
Entendemos también que el honor, la virtud y la justicia, no son términos convencionales, sino que son sentimientos afectivos.
Los instintos sociales que tienen una mala educación solo pervierte, pero si se estudia, desenvuelve y sublima, nos hace dignos de de llamarnos hombres.
Por eso existe el maestro masón perfecto, y el será el encargado de convencer que el hombre es un ser finito, y que comprende la naturaleza, por eso crea las ciencias y las artes.
Su inteligencia es una emanación de la inteligencia suma o del ser infinito que lo formó a su imagen y semejanza.
Esta es la razón por la cual todos somos libres, somos iguales, somos hermanos y coherederos de los bienes de la tierra y de los cielos.
Es por eso que la curiosidad nos llama al estudio de las miserias sociales y las causas que las producen, y el compromiso es hacer que la libertad, la igualdad y la fraternidad reinen en el universo.
Afirmamos que debemos proclamar la soberanía o el derecho a dictar leyes y hacerlas efectivas, y solo el pueblo puede establecer las que han de salvarle de sus miserias.
El masón estudia las bases que han de sostener el edificio de la educación humana y dejar perfectamente establecido que la propiedad y el trabajo es el cimiento de ese edificio.
El masón se rige por grados y de esa forma limita a los agentes ejecutores de la voluntad del pueblo, además de establecer el sistema para elegirlos.
Así como marcar las atribuciones de los representantes de la nación en los países extranjeros y al mismo tiempo, deslindar los grandes poderes que han de legislar la localidad.
El masón estudia y aprende las bases en que ha de descansar un buen sistema tributario para que la nación se sostenga y no se agoten las fuentes de riqueza.
Perfeccionar la educación pública y declarar el derecho inalienable: la libertad de conciencia, y castigar al que quiera forzar a otro a abjurar su religión o a adorar al altísimo contra los dictados de su íntimo sentimiento.
Esta es solo una parte del camino para cumplir los deberes masónicos, ya hablaremos de los otros caminos en posteriores reportes.
QUE SIGNIFICA ORAR?
"Orar significa experimentar la unión
con Dios y toda la Creación."
Generalmente al orar se implora que se concedan gracias a un Ser Supremo dependiendo de su buena voluntad la concesión de las mismas. Esta actitud muestra a Dios fuera de nosotros y, por lo tanto, lo que necesitamos y deseamos también está fuera de nosotros. Esta forma de oración es como practicar la ausencia, antes que la presencia de Dios.
Yo adopto la idea de la oración como una comunión con Dios.
Es un acto que me permite sentir a Dios tan cerca mío como mi propio aliento. En la oración se tiene que lograr sentir la experiencia de coexistir con Dios, es nuestra forma de expresar que estamos preparados para que se manifiesten los deseos de esta energía sagrada a través de nuestra forma humana. La separación, y ausencia de Dios en nosotros es una falsa ilusión, solamente existe la presencia de esta su fuerza en nuestro interior. La verdadera experiencia de Dios no cambia ni altera a Dios, sino que nos cambia
a nosotros eliminando la percepción de separación.
Buscar la felicidad fuera de nosotros mismos está promovida por la idea de que no somos completos y lleva a la oración al estatus de ruego ante un jefe/Dios y rogamos favores, en lugar de buscar una manifestación de nuestro yo divino.
La oración a la que me refiero no es pedir algo, del mismo modo que tratar de convertirse en un manifestador, no es pedir que algo aparezca en tu vida, sino mas bien es invitar al deseo divino a expresarse a través de uno mismo. Que exprese el más elevado propósito, por mi bien y por el de toda la humanidad. Con este tipo de oración se puede experimentar la unicidad con la energía divina.
Esta idea constituye la fuente de todas las tradiciones
espirituales:
Cristianismo: el reino de los cielos está dentro de ti.
Islamismo: quienes se conocen a sí mismos conocen a tu Dios.
Budismo: mira dentro de ti mismo, tú eres el Buda.
Yoga (parte del hinduismo): Dios habita dentro de ti como tú mismo.
Confucianismo: el cielo, la tierra y el humano son un solo cuerpo.
Upanishads (parte del hinduismo): al entenderse a uno mismo, se
conoce todo este universo.
Puedes utilizar la oración para sustituir los continuos
pensamientos que te asalten durante el día. Aplica tu confianza para unirte a Dios en lugar de pasar el tiempo en un estado de cháchara constante. Por ejemplo, rezar en este sentido puede ser simplemente repetir una frase como: «El amor de Dios me protege siempre», «La Inteligencia Divina me guía siempre», o «El amor divino fluye ahora a través de mí», recítalo en silencio, en lugar de pensar. Este tipo de oración te ayudará a cultivar tu lado espiritual y a evitar el parloteo del ego, de modo que pueda crecer lo que tú deseas y lo que te desea a ti.
Mi forma de orar consiste en ver a Dios dentro de mí y le pido
fortaleza y sabiduría para superar cualquier problema que deba afrontar. Experimento la unión con la Fuerza Divina. Sé que esta Fuerza me conecta con todo lo que existe en el universo, y que al centrar mi atención hacia aquello que deseo atraer, solo estoy manifestando un nuevo aspecto de mí.
Luego dejo que se produzcan los resultados, que el universo se ocupe de los detalles. Me retiro en paz y me recuerdo que vivir una vida maravillosa es una elección que tengo que hacer, no algo que tenga que buscar. Soy yo quien decido si quiero que la fuerza de Dios fluya a través de mí abundantemente, participando así de este mmodo en la creación de mi propia vida. Mi oración está basada en
la confianza y con ella llega la paz, que es la esencia de la
manifestación.
Tu destino depende sólo de ti.
Que el amor llene tu ser.
con Dios y toda la Creación."
Generalmente al orar se implora que se concedan gracias a un Ser Supremo dependiendo de su buena voluntad la concesión de las mismas. Esta actitud muestra a Dios fuera de nosotros y, por lo tanto, lo que necesitamos y deseamos también está fuera de nosotros. Esta forma de oración es como practicar la ausencia, antes que la presencia de Dios.
Yo adopto la idea de la oración como una comunión con Dios.
Es un acto que me permite sentir a Dios tan cerca mío como mi propio aliento. En la oración se tiene que lograr sentir la experiencia de coexistir con Dios, es nuestra forma de expresar que estamos preparados para que se manifiesten los deseos de esta energía sagrada a través de nuestra forma humana. La separación, y ausencia de Dios en nosotros es una falsa ilusión, solamente existe la presencia de esta su fuerza en nuestro interior. La verdadera experiencia de Dios no cambia ni altera a Dios, sino que nos cambia
a nosotros eliminando la percepción de separación.
Buscar la felicidad fuera de nosotros mismos está promovida por la idea de que no somos completos y lleva a la oración al estatus de ruego ante un jefe/Dios y rogamos favores, en lugar de buscar una manifestación de nuestro yo divino.
La oración a la que me refiero no es pedir algo, del mismo modo que tratar de convertirse en un manifestador, no es pedir que algo aparezca en tu vida, sino mas bien es invitar al deseo divino a expresarse a través de uno mismo. Que exprese el más elevado propósito, por mi bien y por el de toda la humanidad. Con este tipo de oración se puede experimentar la unicidad con la energía divina.
Esta idea constituye la fuente de todas las tradiciones
espirituales:
Cristianismo: el reino de los cielos está dentro de ti.
Islamismo: quienes se conocen a sí mismos conocen a tu Dios.
Budismo: mira dentro de ti mismo, tú eres el Buda.
Yoga (parte del hinduismo): Dios habita dentro de ti como tú mismo.
Confucianismo: el cielo, la tierra y el humano son un solo cuerpo.
Upanishads (parte del hinduismo): al entenderse a uno mismo, se
conoce todo este universo.
Puedes utilizar la oración para sustituir los continuos
pensamientos que te asalten durante el día. Aplica tu confianza para unirte a Dios en lugar de pasar el tiempo en un estado de cháchara constante. Por ejemplo, rezar en este sentido puede ser simplemente repetir una frase como: «El amor de Dios me protege siempre», «La Inteligencia Divina me guía siempre», o «El amor divino fluye ahora a través de mí», recítalo en silencio, en lugar de pensar. Este tipo de oración te ayudará a cultivar tu lado espiritual y a evitar el parloteo del ego, de modo que pueda crecer lo que tú deseas y lo que te desea a ti.
Mi forma de orar consiste en ver a Dios dentro de mí y le pido
fortaleza y sabiduría para superar cualquier problema que deba afrontar. Experimento la unión con la Fuerza Divina. Sé que esta Fuerza me conecta con todo lo que existe en el universo, y que al centrar mi atención hacia aquello que deseo atraer, solo estoy manifestando un nuevo aspecto de mí.
Luego dejo que se produzcan los resultados, que el universo se ocupe de los detalles. Me retiro en paz y me recuerdo que vivir una vida maravillosa es una elección que tengo que hacer, no algo que tenga que buscar. Soy yo quien decido si quiero que la fuerza de Dios fluya a través de mí abundantemente, participando así de este mmodo en la creación de mi propia vida. Mi oración está basada en
la confianza y con ella llega la paz, que es la esencia de la
manifestación.
Tu destino depende sólo de ti.
Que el amor llene tu ser.
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