Los pensamientos, actitudes y creencias son parte de tu mundo interior. Algunos de ellos se mueven en lo profundo de tu ser y son, por lo tanto, difíciles de identificar. Sin embargo, tus palabras son ventanas hacia lo profundo de tu ser. Tus palabras revelan la naturaleza de tus pensamientos.
Hoy escucha tus palabras. No trates de tener cuidado con lo que dices o de pensar antes de hablar. Es mejor que simplemente hables y escuches. Este día no será diferente de ningún otro, excepto por el hecho de que escucharás lo que dices con el conocimiento de que tus palabras revelan tus pensamientos, actitudes y creencias.
Hay un episodio en la vida de Jesús que ayuda a comprender el poder de las palabras y la conciencia de la cual surgen las palabras. Jesús iba por un camino y se dirigió a una higuera que estaba a la orilla del sendero para obtener unos higos para comer. El árbol no tenía higos, y Jesús dijo: “Nunca jamás nazca de ti fruto” (Mateo 21:19). El árbol se secó inmediatamente. Tal vez Jesús hizo eso para ilustrar el impacto negativo de nuestras palabras. Hay muchos ejemplos del uso constructivo de palabras en la vida de Jesús, mas ese ejemplo nos pone alerta al impacto del pensar y del hablar que no es constructivo.
Escribe cualesquiera frases claves que te dan discernimiento sobre tu ser interno. Presta mucha atención a palabras que no son constructivas. No trates de cambiar las palabras ahora. Este día es para observar.
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