Dios Dijo:
Ustedes están aquí para desarmar al mundo, para desarmarlo en virtud de cómo ustedes se exponen ante el mundo y ante otros y cómo ustedes lo exponen ante él mismo. No se consideren superiores al mundo. No lo han pensado? El mundo se eleva a la opinión que ustedes tienes de él.
Yo les pediría que dejen de culpar al mundo, que dejen de señalar sus defectos ante ustedes o ante cualquiera. Bendigan al mundo, pues es su creación. El mundo es como ustedes lo ven. Traten al mundo como tratarían a un retoño en su jardín. No le dirían que está flaco. No le dirían que se apresure y crezca más alto y que brote nuevas hojas. No le dirían al árbol: "Qué crees que estás haciendo? Despierta. Te dije que mejoraras. Te dije que te renovaras. Te dije que te deshicieras de esta rama o de la otra. Cuándo vas a crecer? Cuándo van a retoñar tus ramas?"
No le llamarán a atención al árbol porque no lo regaron. De quién es el mundo? Depende de ustedes proteger al mundo y nutrirlo. El encontrar culpa en el mundo no lo nutre. Francamente, amados, el mundo ya ha tenido suficiente crítica y quizá no el aprecio suficiente, así como ustedes. Pueden hallar en su corazón el bendecir al mundo y a los que lo habitan? Es natural, ustedes quieren un mundo de ondas alegres. Amados, sean lo que ustedes desean que sea el mundo. Ustedes quieren que el mundo sea más indulgente. Ustedes quieren que el mundo sea más generoso. Ustedes quieren que el mundo esté en paz.
Queridos, qué quisieran darle al mundo? Entonces denle más de ello. Por lo menos, denle al mundo un respiro. Denle unas pequeñas vacaciones por lo que lo valoran.
A veces parece que ustedes quieren convertir al mundo en un villano, quizá como un empleado que no ha producido lo suficiente, el empleado que no aprenderá, el empleado que no crea el margen de utilidades que le pidieron, el empleado que decae en el trabajo, el empleado que debería saber más pero que no lo hace, el empleado que no se desempeña de acuerdo a sus especificaciones. Sólo que ustedes se han olvidado que el mundo es su empleador y que ustedes son empleados del mundo.
El mundo es inocente, amados. Cuídense de no culpar al mundo. El mundo se ha dado a ustedes en su entero esplendor. Ha pedido servirles. Les ha dado montes y valles, océanos y montañas. Les ha dado un lugar en él. Podrán hallar en su corazón el amar al mundo, quererlo al menos, o darle el beneficio de la duda?
Podrán sentirse como si hubieran soportado mucho del mundo. Quizá es el mundo el que haya soportado mucho de ustedes. Indefenso, el mundo se les ha ofrecido y ustedes han hecho una mueca de descontento. Ustedes han querido que el mundo les dé consuelo. Han querido que el mundo sea un ejemplo para ustedes. Ustedes han querido que el mundo los eleve. Quién eleva al mundo, amados? Quién alegra al mundo? Quién le dirige una o dos palabras amables?
Quién anda por el mundo y aprecia su belleza?
Ustedes se sientan en las ramas de un árbol y no le agradecen.
El mundo los sostiene a ustedes. El se ofrece a ustedes. Les ofrece un patio de recreo en el cual jugar, un patio en donde todo es posible, en donde ustedes son posibles.
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